1) Carezco de página personal porque me niego a fomentar el ego-blog. Es decir, esa tendencia a preocuparse por uno mismo, porque le lean, por desvelar cualquier intimidad con el fin de que miles de lectores anónimos sepan más de ti. No quiero llegar a creerme el centro de Internet.
2) Me niego en rotundo porque soy feliz con la vida que llevo y me aterra convertirme en uno de esos bloggers que manipulan su cotidianeidad para y por el blog. O lo que es igual: realizan todo tipo de actividades con la única finalidad de contarlo posteriormente en su página personal y dejar a todos sus lectores pasmados ante la fulgurante e interesante existencia que llevan.
3) Porque no quiero caer en la verborrea escrita, o lo que es igual, contar por contar cosas sin que a priori tengan el más mínimo interés sólo para mantener actualizada mi página. He llegado a leer blogs (porque negarse a publicar uno no impide consultarlos) en los que se detallan las dificultades para abrir una lata de sardinas o el autor suelta una perorata autoinculpatoria por los 100 gramos de más que ha cogido durante las fiestas navideñas.
4) Porque he conocido a muchos bloggers que son terriblemente tediosos en las conversaciones. Sólo hablan de su página, de la su amigo y de la de una chica de Oregón que es “genial” porque cuenta con todo lujo de detalles “cómo se ligó a su compañero de universidad”. Su mundo se ciñe a sus experiencias bloggianas.
5) Ya escucho los gritos de protesta de aquellos que publican un weblog a modo de periódico personal. Sin duda son los que más me atraen a la hora de realizar mis pesquisas por la Red. De hecho, si algún día me decidiera lanzarme a la piscina de los bloggers me decantaría por esta opción. Pero no lo haré. Simplemente porque me domina una pereza ingobernable.
Visto desde otro punto de vista, cabría tomarlo como una especie de parámetro para autoregular la calidad de blogging que uno hace, si se vé que se está cayendo en cualquiera de los 4 primeros puntos, pues a repensar las cosas antes de seguir blogueando y llenar de basura el ciberespacio.