Otro lunes de reciclaje; éste post fue publicado el 10 de febrero del 2005 en Surfing el Amazonas, y como se imaginarán trata sobre un rincón de Lima donde por un instante podemos imaginar que nos encontramos en alguna ciudad del este asiático.
Hoy se celebra el año nuevo chino, y de pura casualidad estuve por la mañana en la cuadra siete del Jr. Ucayali, lo encontré muy bien cuidado y limpio, pensar que hace unos años era total y absolutamente caótico y sucio. La República publica hoy también un especial preparado por Luis Arriola sobre nuestro tan limeño barrio chino.
Luego de cruzar un imponente arco se ingresa al Barrio Chino. Las baldosas hexagonales que adornan el piso de la Calle Capón guardan historias de vidas. Cada una tiene inscripciones de nombres, frases, agradecimientos y saludos de cumpleaños. Y sobretodo, de esperanza, como la que vive y siente la colonia china en el Perú desde hace décadas. "Somos más de 2 millones de peruanos descendientes de chinos. Es la única colonia que tiene un barrio en el Perú y que ha creado toda una cultura culinaria", explica Luis Yong, director cultural de la Asociación Peruano China.
Con gran entusiasmo, Yong comenta que este año (2005) el Barrio Chino cumple 150 años de historia, de generaciones peruano-chinas y de interculturalidad. Además indica que su historia ha estado ligada a las gestiones ediles de Lima desde el siglo XIX. Así fue desde sus inicios, allá por 1855, cuando el burgomaestre Guillermo Billingurst mandó a demoler la residencia Otayza (en el Damero de Pizarro), donde miles de chinos vivían. Al verse sin hogar, estos hombres y mujeres se trasladaron a la Calle Capón, en Barrios Altos. "Fue un cambio positivo porque al salir de esa residencia empezaron a surgir los negocios", dice Yong.
Y en 1972, cuando era alcalde de Lima Eduardo Dibós, la Embajada China en el Perú regaló el actual arco que resguarda la entrada del Barrio Chino. Luego, en 1999 el alcalde Alberto Andrade recuperó este barrio del caos del comercio ambulatorio. Este año el actual burgomaestre, Luis Castañeda Losio, ha prometido para este barrio histórico una nueva entrada que será construida en la cuadra 5 de la avenida Ucayali, donde cruza la avenida Abancay.
Basta un recorrido corto para percatarse de que la gastronomía y las tiendas de diferentes artículos decoran ambos lados de la Calle Capón. Es un emporio donde el comercio de los inmigrantes chinos se han transformado en bodegas, salas de juego y bancos. También las antiguas fondas son ahora modernos restaurantes que han fusionado la comida china con los ingredientes nativos para lograr el chifa peruano. "Pero no solo es la comida. También hay un cóctel mestizo llamado Lai Chi Sour que es preparado con pisco y con una fruta neta de China", advierte Luis Yong.
Un pasadizo se une a la Calle Capón. Es un espacio que se ensancha, donde una decena de vendedores de verduras, condimentos y frutas venden sus productos. Uno de los más pedidos es el Lai chi, que se asemeja a una fresa con cáscara dura y que por dentro es blanca, dulce, jugosa y blanda. "Mucha gente viene a comprar Lai chi, que ahora está un poco cara pero normalmente cuesta S/. 25 el kilo. Es una fruta oriunda de China y muy popular en verano", señala Julia Choy, quien hace más de 35 años vino a Perú desde Cantón. También se vende el tamal chino, que incluye en sus ingredientes: arroz, maní, trozos de chancho y yema de pato. La unidad cuesta cinco soles. "Acá vendemos muchos condimentos que usan los chifas, como hongos, aceite de ajonjolí y berenjenas, y las verduras picadas".
En esta calle se vende también periódicos en chino. Uno de los puestos más conocidos es el de doña Rosa Locau y su hija Estela Espinoza. "Hay clientes de todo tipo. Algunos vienen felices y compran los periódicos, y otros se molestan porque a veces llegan tarde las noticias", dice Estela. El primer periódico chino fundado en Lima fue el Man Shing Po, el 10 de marzo de 1911, y fue editado tanto en chino como en español. En la actualidad cuesta S/. 2. Tiene 6 páginas y cuatro están escritas en español y las demás en chino. "La colonia necesita estar informada y los niños tampoco pueden olvidar el idioma de sus abuelos", señala Estela.
El 15 de octubre de 1849, a bordo del Federico Guillermo, llegaron al Callao lo primeros setenta y cinco trabajadores chinos contratados por los hacendados Domingo Elías y Juan Rodríguez. Watt Stewart (1951) estima que en los 25 años que transcurrieron hasta la firma del Tratado de Tien Tsin entre la China y el Perú (misión del capitán Aurelio García y García) que puso fin a este tráfico, entre 80,000 y 100,000 humildes trabajadores chinos llegaron al Perú para trabajar en las haciendas agrícolas de los valles de la costa, en el tendido de vías férreas y en la extracción del guano de las islas, principalmente.
Cincuenta años más tarde, el 3 de abril de 1899, arribó al mismo puerto el Sakura Maru trayendo a bordo a 787 inmigrantes japoneses ligados por contratos de trabajo de cuatro años en las haciendas azucareras y algodoneras de la costa central (Isabelle Lausent-Herrera, 19991). En los años y décadas sucesivas, miles de inmigrantes japoneses siguieron su ruta estableciéndose en nuestro país.
Casualmente este año de 1999, marca el centésimo quincuagésimo aniversario del primero de estos acontecimientos y el centésimo del segundo. No podemos hablar, sin embargo, del sesquicentenario de la inmigración china al Perú, ni del centenario de la japonesa. En efecto: el "Padrón de los indios que se hallaron en la ciudad de los Reyes del Pirú, hecho en virtud de la comissión del excelentísimo señor marqués de Montes Claros, virei del Pirú, por Miguel de Contreras, escrivano de Su Magestad, año de 1613" (246 fojas numeradas y diez sin numeración, más la portada. Cfr. Noble David COOK, 1968) cuyo original fue microfilmado por Noble David COOK en la Biblioteca Nacional de Madrid en 1967 y mimeografiado, en transcripción paleográfica de Mario Escobar Gamboa, por el Seminario de Historia Rural Andina de la Facultad de Letras de San Marcos en 1968, contiene la relación de 2113 'indios' habitantes de la ciudad de Lima (no incluye al pueblo del Cercado, con su población indígena numerosa), entre los que se consignan un total de 114 'indios e indias de la China, y el Xapón de la India de Portugal que se hallaron en servicio de españoles en algunas casas de esta ciudad de los Reyes'. Esta cifra se descompone en 38 'indios de la China', 56 'indios de la India de Portugal' y 20 'indios del Xapón', para la mayoría de los cuales el padrón compila nombre y apellido, edad, estado civil y lugar de origen. Esta es una información valiosísima que nos permite conocer detalles fundamentales sobre la vida de uno de los primeros grupos de inmigrantes asiáticos en el Perú y, en particular, en nuestra ciudad.
Como se ve, nuestra relación con los pueblos orientales va más allá de lo que pensamos, y ya no hablemos de las leyendas del viaje de un Inca a Oceanía o lo que recientemente se informa en el blog El Mundo de los Pendrejos: Fujimori y Manco Capac son japoneses que a pesar del título se refiere a una teoría en la que Manco Capac tendría origen chino (no me pregunten, lean el post). Así que es posible que cuando estemos en el barrio chino estemos viendo rostros que hace mucho andan por esta ciudad.
En todo caso, y para quienes no conozcan, pueden ver el resto de mis fotos tomadas en el Barrio Chino de Lima, en distintas fechas y con diferentes resultados. (Digo el resto porque las que ilustran este post han sido extraidas de ahí).
Luego de cruzar un imponente arco se ingresa al Barrio Chino. Las baldosas hexagonales que adornan el piso de la Calle Capón guardan historias de vidas. Cada una tiene inscripciones de nombres, frases, agradecimientos y saludos de cumpleaños. Y sobretodo, de esperanza, como la que vive y siente la colonia china en el Perú desde hace décadas. "Somos más de 2 millones de peruanos descendientes de chinos. Es la única colonia que tiene un barrio en el Perú y que ha creado toda una cultura culinaria", explica Luis Yong, director cultural de la Asociación Peruano China.
Con gran entusiasmo, Yong comenta que este año (2005) el Barrio Chino cumple 150 años de historia, de generaciones peruano-chinas y de interculturalidad. Además indica que su historia ha estado ligada a las gestiones ediles de Lima desde el siglo XIX. Así fue desde sus inicios, allá por 1855, cuando el burgomaestre Guillermo Billingurst mandó a demoler la residencia Otayza (en el Damero de Pizarro), donde miles de chinos vivían. Al verse sin hogar, estos hombres y mujeres se trasladaron a la Calle Capón, en Barrios Altos. "Fue un cambio positivo porque al salir de esa residencia empezaron a surgir los negocios", dice Yong.
Y en 1972, cuando era alcalde de Lima Eduardo Dibós, la Embajada China en el Perú regaló el actual arco que resguarda la entrada del Barrio Chino. Luego, en 1999 el alcalde Alberto Andrade recuperó este barrio del caos del comercio ambulatorio. Este año el actual burgomaestre, Luis Castañeda Losio, ha prometido para este barrio histórico una nueva entrada que será construida en la cuadra 5 de la avenida Ucayali, donde cruza la avenida Abancay.
Basta un recorrido corto para percatarse de que la gastronomía y las tiendas de diferentes artículos decoran ambos lados de la Calle Capón. Es un emporio donde el comercio de los inmigrantes chinos se han transformado en bodegas, salas de juego y bancos. También las antiguas fondas son ahora modernos restaurantes que han fusionado la comida china con los ingredientes nativos para lograr el chifa peruano. "Pero no solo es la comida. También hay un cóctel mestizo llamado Lai Chi Sour que es preparado con pisco y con una fruta neta de China", advierte Luis Yong.
Un pasadizo se une a la Calle Capón. Es un espacio que se ensancha, donde una decena de vendedores de verduras, condimentos y frutas venden sus productos. Uno de los más pedidos es el Lai chi, que se asemeja a una fresa con cáscara dura y que por dentro es blanca, dulce, jugosa y blanda. "Mucha gente viene a comprar Lai chi, que ahora está un poco cara pero normalmente cuesta S/. 25 el kilo. Es una fruta oriunda de China y muy popular en verano", señala Julia Choy, quien hace más de 35 años vino a Perú desde Cantón. También se vende el tamal chino, que incluye en sus ingredientes: arroz, maní, trozos de chancho y yema de pato. La unidad cuesta cinco soles. "Acá vendemos muchos condimentos que usan los chifas, como hongos, aceite de ajonjolí y berenjenas, y las verduras picadas".
En esta calle se vende también periódicos en chino. Uno de los puestos más conocidos es el de doña Rosa Locau y su hija Estela Espinoza. "Hay clientes de todo tipo. Algunos vienen felices y compran los periódicos, y otros se molestan porque a veces llegan tarde las noticias", dice Estela. El primer periódico chino fundado en Lima fue el Man Shing Po, el 10 de marzo de 1911, y fue editado tanto en chino como en español. En la actualidad cuesta S/. 2. Tiene 6 páginas y cuatro están escritas en español y las demás en chino. "La colonia necesita estar informada y los niños tampoco pueden olvidar el idioma de sus abuelos", señala Estela.
El artículo original de La República tiene más datos por supuesto. En mi post de Surfing el Amazonas lo había publicado completo, pero ahora lo he reducido para poder incluir una parte de un artículo puesto en los comentarios de dicho post por Fernán Alayza Alves-Oliveira:
El 15 de octubre de 1849, a bordo del Federico Guillermo, llegaron al Callao lo primeros setenta y cinco trabajadores chinos contratados por los hacendados Domingo Elías y Juan Rodríguez. Watt Stewart (1951) estima que en los 25 años que transcurrieron hasta la firma del Tratado de Tien Tsin entre la China y el Perú (misión del capitán Aurelio García y García) que puso fin a este tráfico, entre 80,000 y 100,000 humildes trabajadores chinos llegaron al Perú para trabajar en las haciendas agrícolas de los valles de la costa, en el tendido de vías férreas y en la extracción del guano de las islas, principalmente.
Cincuenta años más tarde, el 3 de abril de 1899, arribó al mismo puerto el Sakura Maru trayendo a bordo a 787 inmigrantes japoneses ligados por contratos de trabajo de cuatro años en las haciendas azucareras y algodoneras de la costa central (Isabelle Lausent-Herrera, 19991). En los años y décadas sucesivas, miles de inmigrantes japoneses siguieron su ruta estableciéndose en nuestro país.
Casualmente este año de 1999, marca el centésimo quincuagésimo aniversario del primero de estos acontecimientos y el centésimo del segundo. No podemos hablar, sin embargo, del sesquicentenario de la inmigración china al Perú, ni del centenario de la japonesa. En efecto: el "Padrón de los indios que se hallaron en la ciudad de los Reyes del Pirú, hecho en virtud de la comissión del excelentísimo señor marqués de Montes Claros, virei del Pirú, por Miguel de Contreras, escrivano de Su Magestad, año de 1613" (246 fojas numeradas y diez sin numeración, más la portada. Cfr. Noble David COOK, 1968) cuyo original fue microfilmado por Noble David COOK en la Biblioteca Nacional de Madrid en 1967 y mimeografiado, en transcripción paleográfica de Mario Escobar Gamboa, por el Seminario de Historia Rural Andina de la Facultad de Letras de San Marcos en 1968, contiene la relación de 2113 'indios' habitantes de la ciudad de Lima (no incluye al pueblo del Cercado, con su población indígena numerosa), entre los que se consignan un total de 114 'indios e indias de la China, y el Xapón de la India de Portugal que se hallaron en servicio de españoles en algunas casas de esta ciudad de los Reyes'. Esta cifra se descompone en 38 'indios de la China', 56 'indios de la India de Portugal' y 20 'indios del Xapón', para la mayoría de los cuales el padrón compila nombre y apellido, edad, estado civil y lugar de origen. Esta es una información valiosísima que nos permite conocer detalles fundamentales sobre la vida de uno de los primeros grupos de inmigrantes asiáticos en el Perú y, en particular, en nuestra ciudad.
Como se ve, nuestra relación con los pueblos orientales va más allá de lo que pensamos, y ya no hablemos de las leyendas del viaje de un Inca a Oceanía o lo que recientemente se informa en el blog El Mundo de los Pendrejos: Fujimori y Manco Capac son japoneses que a pesar del título se refiere a una teoría en la que Manco Capac tendría origen chino (no me pregunten, lean el post). Así que es posible que cuando estemos en el barrio chino estemos viendo rostros que hace mucho andan por esta ciudad.
En todo caso, y para quienes no conozcan, pueden ver el resto de mis fotos tomadas en el Barrio Chino de Lima, en distintas fechas y con diferentes resultados. (Digo el resto porque las que ilustran este post han sido extraidas de ahí).
2 comentarios:
Juan , gracias por el enlace. A mi me sorprende leer tanto como a ti sobre las cosas que los chinos fueron capaces de inventar antes que el resto del mundo se le ocurriera.
Y el exito que han tenido que convertirse en 1200 millones (y subiendo).
La señora Julia es muy conocida, asi como los leones, y si vas algunas mañanas la ves comiendo algo recontra peruano y le sacas una foto seria anecdotico.
Ya estan totalmente integrados al peru pero aun asi son bien cerrados en sus grupos amicales. Sera x eso que siempre alguien termina conociendo a tu papa.
Si quieres sorprenderte mas, busca historias acerca de juegos de niños de hace 80 años. Veras que entre los que se jugaban y ya no existen, hay un par de juegos que son chinos .. totalmente chinos.
Ate.
Doctor Waldo
Hola, la verdad que es muy chinaceo el barrio con ese arco, jeje.
Parece china.
¿Dos millones de peruanos descendientes de chinos?
¡Waaw!
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