Este es uno de esos libros que nunca se piensa comprar, hasta que de pronto un día, no hay mucha oferta de libros interesantes que adquirir, queda algo de dinero todavía, uno toma un libro con pinta de best seller, se lee el resumen de la contratapa, se lee el primer párrafo, algunos más al azar, se evalúa rápidamente el tema, el autor, el precio, y zas, libro a la bolsa (o no). Así fue como me hice de este y varios más. Claro que influye el hecho que me gusta leer algún best seller de vez en cuando, quizás algo más que eso la verdad, y que hasta el momento no he escojido tan mal despues de todo.
The Angel of Darkness de Caleb Carr vio la luz originalmente en inglés en el año 1997, y aparentemente la primera edición en castellano es de 1998. La edición que poseo tiene el (c) del año 2001, fue impresa en marzo del 2001 y corresponde a la colección de bolsillo Punto de Lectura, constando de 981 páginas. La carátula es la que acompaña a este post.
El Angel de la Oscuridad es una novela ambientada en la Nueva York del siglo XIX y comparte protagonistas y escenarios con la anterior novela de Carr "El Alienista", la cual no he leído por cierto, pero al no ser estrictamente una continuación o segunda parte, se puede leer en forma independiente sin ningún problema.
Carr sitúa al narrador 20 años después de los hechos materia del libro, y desde la privilegiada posición de participante activo de los mismos es que empieza a relatarnos la historia. En ella vamos tras la pista de una niña secuestrada, y luego tras quien presumiblemente la secuestró, lo que nos llevará por senderos imprevistos a descubrir los aspectos más oscuros del alma humana.
La época y lugar en la que está ambientada la novela me hicieron recordar bastante a "Gangs of New York" de Scorsese, los personajes suenan creibles en su gran mayoría al igual que la trama, y es que Carr es un historiador que aunque especializado en temas militares, también ha investigado sobre la Nueva York de finales de 1800, a resultas de lo cual la puesta en escena es muy buena, pero es la voz del narrador en sí la que me atrapó desde un principio:
19 de junio de 1919
Sin duda habrá una forma magistral de empezar una historia como ésta, un recurso ingenioso que atrape al lector con más garra que el mejor estafador de la ciudad. Pero la verdad es que carezco de la labia y la agudeza necesarias para esta clase de juegos. Las palabras no han significado gran cosa en mi vida, y aunque en el transcurso de los años he conocido a muchos de los que hoy son considerados los más grandes pensadores y oradores de nuestros tiempos, siempre he sido lo que se dice un hombre corriente. Así que tendré que conformarme con un comienzo corriente.
Por lo tanto lo mejor que puedo hacer es decir por qué he cerrado el negocio y me he metido en la trastienda en una noche en la que aún quedaban muchos clientes por venir. Es una noche agradable, de esas por las que solía suspirar; una noche que invita a contemplar todo lo que pasa en la avenida en mangas de camisa, soplando el humo de una docena de excelentes cigarrillos hacia las estrellas que cubren la ciudad, con la sensación de que, haciendo balance, quizá tenga algún sentido vivir en este manicomio.
Y así sigue y sigue, contando y describiendo los acontecimientos que van sucediéndose en esa New York pretendidamente civilizada pero en la que no hay que escarbar mucho para encontrar muestras de la irracionalidad y salvajismo humanos, y por lo menos a mi parecer, esta voz no aburre. Es un acierto también creo, que no se use recursos estilísticos que empantanen la trama de cara al lector, lo cual va aparejado con cierta intención de Carr de simular el estilo de escritura de aquellos años, cosa que logra y aún mejora pues no cae en pesadas descripciones tan en boga en aquellos años. Ciertamente no es una prosa deslumbrante, pero cumple con algo más que con corrección, y sin estorbar su función de servir de vehículo a la historia. Quizá esta obra no acceda al parnaso de la literatura, pero como lectura de un fin de semana o para aprovechar unos días de descanso obligado como fue mi caso, queda muy, pero muy bien.
No hay mucha información disponible de Caleb Carr en la red, pero en inglés encontré un par de reseñas a "The Angel of Darkness": ésta y ésta otra del NYT. Una interesante entrevista concedida por Carr a Salon con fecha 6 de octubre de 1997, donde habla de "El Alienista" y la novela que nos ocupa, de aspectos de su vida personal y hasta de un poco de Ciencia Ficción. También resulta interesante la transcripción de un chat sostenido entre Carr y sus lectores, auspiciado por la revista Time, como parte de un especial que editó en 1999 sobre el inminente siglo XXI, en dicho especial figura una novela de Carr: Killing Time que hasta donde veo no terminó de ser publicada on line, pero que así y todo es una lectura regularmente extensa. La novela fue publicada luego en forma normal. Aquí una bibliografia de Carr, y un artículo con más información sobre Carr y NYC: Caleb Carr on Downtown vía Gothamist. Me resultó curioso leer en este otro chat que Carr dice no ser partidario de usar los personajes ficticios de otros autores, para ver luego que tiene una novela con ... Sherlock Holmes.
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The Angel of Darkness de Caleb Carr vio la luz originalmente en inglés en el año 1997, y aparentemente la primera edición en castellano es de 1998. La edición que poseo tiene el (c) del año 2001, fue impresa en marzo del 2001 y corresponde a la colección de bolsillo Punto de Lectura, constando de 981 páginas. La carátula es la que acompaña a este post.
El Angel de la Oscuridad es una novela ambientada en la Nueva York del siglo XIX y comparte protagonistas y escenarios con la anterior novela de Carr "El Alienista", la cual no he leído por cierto, pero al no ser estrictamente una continuación o segunda parte, se puede leer en forma independiente sin ningún problema.
Carr sitúa al narrador 20 años después de los hechos materia del libro, y desde la privilegiada posición de participante activo de los mismos es que empieza a relatarnos la historia. En ella vamos tras la pista de una niña secuestrada, y luego tras quien presumiblemente la secuestró, lo que nos llevará por senderos imprevistos a descubrir los aspectos más oscuros del alma humana.
La época y lugar en la que está ambientada la novela me hicieron recordar bastante a "Gangs of New York" de Scorsese, los personajes suenan creibles en su gran mayoría al igual que la trama, y es que Carr es un historiador que aunque especializado en temas militares, también ha investigado sobre la Nueva York de finales de 1800, a resultas de lo cual la puesta en escena es muy buena, pero es la voz del narrador en sí la que me atrapó desde un principio:
19 de junio de 1919
Sin duda habrá una forma magistral de empezar una historia como ésta, un recurso ingenioso que atrape al lector con más garra que el mejor estafador de la ciudad. Pero la verdad es que carezco de la labia y la agudeza necesarias para esta clase de juegos. Las palabras no han significado gran cosa en mi vida, y aunque en el transcurso de los años he conocido a muchos de los que hoy son considerados los más grandes pensadores y oradores de nuestros tiempos, siempre he sido lo que se dice un hombre corriente. Así que tendré que conformarme con un comienzo corriente.
Por lo tanto lo mejor que puedo hacer es decir por qué he cerrado el negocio y me he metido en la trastienda en una noche en la que aún quedaban muchos clientes por venir. Es una noche agradable, de esas por las que solía suspirar; una noche que invita a contemplar todo lo que pasa en la avenida en mangas de camisa, soplando el humo de una docena de excelentes cigarrillos hacia las estrellas que cubren la ciudad, con la sensación de que, haciendo balance, quizá tenga algún sentido vivir en este manicomio.
Y así sigue y sigue, contando y describiendo los acontecimientos que van sucediéndose en esa New York pretendidamente civilizada pero en la que no hay que escarbar mucho para encontrar muestras de la irracionalidad y salvajismo humanos, y por lo menos a mi parecer, esta voz no aburre. Es un acierto también creo, que no se use recursos estilísticos que empantanen la trama de cara al lector, lo cual va aparejado con cierta intención de Carr de simular el estilo de escritura de aquellos años, cosa que logra y aún mejora pues no cae en pesadas descripciones tan en boga en aquellos años. Ciertamente no es una prosa deslumbrante, pero cumple con algo más que con corrección, y sin estorbar su función de servir de vehículo a la historia. Quizá esta obra no acceda al parnaso de la literatura, pero como lectura de un fin de semana o para aprovechar unos días de descanso obligado como fue mi caso, queda muy, pero muy bien.
No hay mucha información disponible de Caleb Carr en la red, pero en inglés encontré un par de reseñas a "The Angel of Darkness": ésta y ésta otra del NYT. Una interesante entrevista concedida por Carr a Salon con fecha 6 de octubre de 1997, donde habla de "El Alienista" y la novela que nos ocupa, de aspectos de su vida personal y hasta de un poco de Ciencia Ficción. También resulta interesante la transcripción de un chat sostenido entre Carr y sus lectores, auspiciado por la revista Time, como parte de un especial que editó en 1999 sobre el inminente siglo XXI, en dicho especial figura una novela de Carr: Killing Time que hasta donde veo no terminó de ser publicada on line, pero que así y todo es una lectura regularmente extensa. La novela fue publicada luego en forma normal. Aquí una bibliografia de Carr, y un artículo con más información sobre Carr y NYC: Caleb Carr on Downtown vía Gothamist. Me resultó curioso leer en este otro chat que Carr dice no ser partidario de usar los personajes ficticios de otros autores, para ver luego que tiene una novela con ... Sherlock Holmes.
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1 comentario:
es realmente el mejor libor que he leído en mis 16 años, y realmente es atrapante, es por eso que lo leí 4 veces ya....
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