No soy fan de Tongo, ni anti fan. Realmente ni siquiera he escuchado su dizque famosa canción: "La Pituca", o visto alguna de las entrevistas que le han hecho. Pero cómo fenómeno popular y como historia personal me interesa un poco más de lo que no en lo antes mencionado. En todo caso no me siento autorizado como para hablar de él, o de lo que representa. Sin embargo a pesar de ser tema común en varios blogs nunca había leído una apreciación sobre él tan buena como la que acabo de encontrar en este blog: Aficiones, Aflicciones y Afectos del Buen Amigo. Lean el post Si soy un chichero nomás - Mi opinión sobre el fenómeno Tongo y me cuentan. De adelanto un pequeño extracto:

Tongo se ha vuelto de un tiempo a esta parte en un verdadero fenómeno mediático, tanto para al que de el gusta, como al que su (supuesta) imbecilidad denigra. El Perú se ha caracterizado siempre por cultivar y mantener activo su folklorismo. Nos encanta engrandecer a nuestros hombres, convertirlos en súper-héroes y luego olvidarlos con facilidad. Nos divertimos mucho con sus ocurrencias y nos sorprendemos con sus personalidades. Así es nuestro país, diverso por donde se le mire, impredecible y muy muy raro. De la misma manera como poseemos un territorio exuberante, una gastronomía suculenta y una inagotable cultura autóctona, así de igual manera nuestra sociedad es distinta, colorida, irreverente, jocosa y casi siempre incomprensible. Por eso quizás tiende a destacar aquel que llama la atención. El loco, el achorado, el florero, el gilero. Y curiosamente, aunque podamos detestarlos, pasa a menudo que en ellos reconocemos a veces muchas características comunes.

Tongo ha estado hasta en la sopa este último año, esto debido en gran parte a su estrecha afiliación con Jaime Bayly. Con una re-estrenada popularidad, el cantante de “La Pituca”, querramos o no, ha estado en boca de todos. Ya sea hablando tonterías o estrenando su mega-éxito en ingles. Vestido de Papa Noel en las fiestas navideñas o echándose unas lagrimas por el recuerdo de su madre.