viernes, noviembre 20, 2009

¡El pishtaco ataca de nuevo!

Como si no fuera suficiente con el alboroto causado por las noticias del espía chileno, hace un par de días apareció la noticia que la policía había capturado a una banda de pishtacos en la ciudad de Huánuco, en la sierra peruana, acusados de asesinar a "unos 60 campesinos en Huánuco y Pasco para extraer la grasa de sus cuerpos de forma artesanal" tal como informa la web Perú.com. El diario Peru21 añade: "enviaban a Europa la grasa corporal, donde se utiliza para la fabricación de cosméticos y lubricación de máquinas." y el diario El Comercio menciona que vendían la "grasa por un precio de 15 mil dólares el litro." Segun dicen se habría encontrado 17 litros de grasa humana en su poder.

Pero ¿Qué es un pishtaco? la Wikipedia dice: "es un personaje legendario de la tradición andina peruana." "se trataría de un bandolero cuya ocupación es asaltar mujeres u hombres solitarios. Degüella a sus víctimas para comer su carne en forma de chicharrones y vender la grasa. O bien las entierra, a veces con vida, para fecundar la tierra o dar solidez a las construcciones. La figura del pishtaco aparece desde muy antiguo en la tradición quechua" "Suele tratarse de un extranjero, un foráneo. Lo describen como un hombre alto y rubio de ojos claros y complexión atlética."

Acá un informe de la tv peruana sobre los pishtacos:


Sin embargo no todo el mundo cree la versión dada por las fuerzas del orden, en un programa televisivo se dijo que la policía estaba "embruteciendo" a la ciudadanía. El blogger Luis Aguirre de Bloody Hell opina:
Rosa María Palacios en su programa Prensa Libre fungió de debunker (o desmitificadora) en el caso de los pishtacos. Lo hizo bastante bien: entre irónica y molesta habló del "embrutecimiento" público al que se prestaba la policía presentando como real un caso que era, si se lo pensaba cinco minutos no más, una tremenda estupidez.

RMP dio con algunas ideas propias sobre lo que sucede: a) la Policía tiene un nivel de instrucción pésimo (es una vergüenza, una más); b) cortina de humo. Sin instrucción los mitos medran. Y en esta historia es muy claro ver cómo, a pesar de que hay expertos que han estudiado el tema, ninguno de esos frutos de la razón llega a la Policía.

Pero otro poco le debe caer a la prensa. Solo creo haber leído en "El Comercio" la opinión del médico Elmer Huerta diciendo con todas sus letras que la hipótesis de la venta de grasa a 15 mil dólares el litro era tirada de los pelos.
Pero otro blogger, Carlos Meléndez de El Jorobado blog no está de acuerdo y dice:
Escuchemos al antropólogo-yo-analizo-a-mi-guachi explicando qué es un pishtaco: (minuto 1.54) “Hombres blancos, de cabellos castaños, rubios, o negros en algunos casos, de bigotes y barbas, asociados a la figura del conquistador de acuerdo al pasado colonial, y luego a la figura de un gringo” Ajá. O sea, el pishtaco eres tú pe, compare. Me estás describiendo tu cacharro. (Ahora, tampoco te creas eso de “conquistador”).

Escuchemos a la periodista-indignada rompiendo –según ella—mitos: (minuto 0.05) “Las personas sencillas de los Andes peruanos tienen todo el derecho de creer en mitos y leyendas, pero que la autoridad promueva el embrutecimiento popular…” A ver, a ver, si entiendo bien. O sea, según Rose Marie Palace (RMP) los ciudadanos andinos son: 1) sencillos; 2) creen en mitos; 3) brutos. Ah ya. ¿Acaso nosotros también no tenemos el derecho de indignarnos porque RMP cree en el “mito del libre mercado”?.

... confunden creencia con ignorancia. Para el primero, los narcos ahuyentan a los fácilmente engañables “andinos”, metiéndoles miedo con sus propios mitos. Para la segunda, las personas “sencillas de los Andes” pueden mantenerse “brutas” (porque están en su “derecho”), pero “por favor, no me pongan esa noticia en El Comercio...”

Lo que por fin entiendo es por qué antropólogos-yo-comprendo-a-los-cholos y periodistas indignados le tienen “miedo al cerro”. Es que podrían ser confundidos con pishtacos, que es también otra forma de llamarle al forastero, al desconocido, a ese que nos cae mal a simple vista porque miran a las “personas sencillas de los Andes” por encima del hombro. Levi-Strauss, retuércete en tu cripta.
Por su parte Francisco Canaza de Apuntes Peruanos refiere lo que se enteró respecto a los pishtacos cuando estuvo por la sierra:
En Colca, Cusco, región donde trabajé por algún tiempo, reconocen ahora al Pishtaco como un ingeniero, blanco, chileno o americano, que viene a buscar no sólo las minas sino la grasa del campesino “porque no tiene cáncer”.

En Vinchos, Ayacucho, igualmente me dieron la historia del pishtaco modernizado, el cuál tiene una directa personificación: ingenieros argentinos. Y ya antes en Ayacucho eran los militares quienes apoyaban al pishtaco.

En ambos casos también se mantiene otra versión sobre el destino de la grasa: se usa para aceitar maquinaria especializada. Maquinaria que es usada en minería, por ejemplo.
Hay varias inconsistencias en la historia presentada, así como las circunstancias en las que se da (ver este post de Jorge Bedregal de Clases de Historia al respecto), pero no dudo que siga captando titulares y espacio en los medios televisivos, como se dice.. es lo que le gusta a la gente. Por cierto y para colaborar con el tema, en Foros Perú una discusión al respecto, y también un relato llamado Pishtaco de Dante Castro, que la verdad no he podido leer al completo. Ah, y la imagen de este post ha sido obtenida del post Cuento huantino: El Chicharrón del Pishtaco del blog Armonía Huanta.

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