Compré este libro hace cosa de más de un mes o algo así y en realidad no quería leerlo tan rápido, pero me llamaba contínuamente la atención con esa ilustración en cubierta, y bueno pues, cedí al impulso. Mi edición es la primera en Alfaguara, de marzo del 2006 y consta de 328 páginas en formato grande, fue impreso en Lima, Perú. Como se puede apreciar en la cubierta, la novela se hizo acreedora al Premio Alfaguara de novela 2006, aunque no se si eso significa algo realmente. Ah, mi ejemplar tiene la particularidad de estar dedicado y autografiado por el autor.
De Santiago Roncagliolo ya había leído el año pasado Pudor, y aunque no me desagradó tampoco me impresionó sobremanera. Sin embargo esta novela me capturó desde los párrafos puestos por el propio autor en la contracubierta, palabras marqueteras claro, pero que al leerlas me semejaron el trailer de una película:
En cuanto a la historia en sí, pues no quisiera decir mucho para que un eventual futuro lector no me maldiga por poner spoilers, pero básicamente se trata de una serie de asesinatos que se producen en Ayacucho durante la celebración de la semana santa del 2000. Debido a las características y circunstancias, rápidamente se relacionan estas muertes a un rebrote terrorista de Sendero Luminoso, pero nada es lo que parece a primera vista, no al menos cuando se tienen en cuenta los elementos mitológicos andino cristianos que subyacen en el marco de las festividades ni la complicada relación entre el pueblo, el terrorismo y las fuerzas armadas.
La narrativa de Roncagliolo es amena y efectiva. Aparte del narrador omnisciente que nos va relatando los hechos, se intercala de cuando en cuando el discurso de otro narrador, de quien pronto nos damos cuenta que se trata del propio asesino. También se transcribe los informes que Chacaltana o algún otro redacta sobre el avance de las investigaciones. A continuación una pequeña parte del libro que me pareció bastante lograda:
Sobre Abril Rojo: una reseña acá, otra (de Enrique Sánchez Hernani) acá, otra por acá y una más acá. En blogs The Secret Garden da su opinión en este post, A palabras cojas... da la suya en este otro, El paper groc acá y Libros web acá, donde además proporciona un enlace para bajar el libro, que la verdad, no he comprobado si funciona. Como la mayoría de las reseñas anteriores son favorables, acá pongo una que no lo es tanto, la de Gustavo Faverón. En cuanto a entrevistas a Roncagliolo sobre Abril Rojo, una muy ilustrativa acá y otra por acá.
De Santiago Roncagliolo ya había leído el año pasado Pudor, y aunque no me desagradó tampoco me impresionó sobremanera. Sin embargo esta novela me capturó desde los párrafos puestos por el propio autor en la contracubierta, palabras marqueteras claro, pero que al leerlas me semejaron el trailer de una película:
Siempre quise escribir un thriller, es decir, un policial sangriento con asesinos en serie y crímenes monstruosos. Y encontré los elementos necesarios en la historia de mi país: una zona de guerra, una celebración de la muerte como la Semana Santa, una ciudad poblada de fantasmas. ¿Se puede pedir más?Con Chacaltana, el personaje principal, me pasaron dos cosas curiosas, la primera, que no me simpatizó de arranque. La mayoría de las veces el personaje de una obra te cae bien desde el principio, algo básico para que uno se mantenga en la lectura, pero acá no sucedió así. La segunda cosa fue que mentalmente le puse la cara de un amigo que por casualidad también es abogado y tiene origen andino. Ese segundo hecho se dio poco a poco, y fue mientras sucedía que empezó a caerme mejor Chacaltana, el personaje. Quizás también sea que al principio Chacaltana es un estereotipo y luego con el avance de las páginas va ganando realidad y densidad.
El investigador de los asesinatos es el fiscal distrital adjunto Félix Chacaltana Saldívar. A él le gusta que lo llamen así, con su título y todo. El fiscal Chacaltana nunca ha hecho nada malo, nunca ha hecho nada bueno, nunca ha hecho nada que no estuviese claramente estipulado en los reglamentos de su institución. Pero ahora va a conocer el horror. Y el horror no se ha leído el código civil.
Siempre quise escribir una novela sobre lo que ocurre cuando la muerte se convierte en la única forma de vida. Y aquí está.
En cuanto a la historia en sí, pues no quisiera decir mucho para que un eventual futuro lector no me maldiga por poner spoilers, pero básicamente se trata de una serie de asesinatos que se producen en Ayacucho durante la celebración de la semana santa del 2000. Debido a las características y circunstancias, rápidamente se relacionan estas muertes a un rebrote terrorista de Sendero Luminoso, pero nada es lo que parece a primera vista, no al menos cuando se tienen en cuenta los elementos mitológicos andino cristianos que subyacen en el marco de las festividades ni la complicada relación entre el pueblo, el terrorismo y las fuerzas armadas.
La narrativa de Roncagliolo es amena y efectiva. Aparte del narrador omnisciente que nos va relatando los hechos, se intercala de cuando en cuando el discurso de otro narrador, de quien pronto nos damos cuenta que se trata del propio asesino. También se transcribe los informes que Chacaltana o algún otro redacta sobre el avance de las investigaciones. A continuación una pequeña parte del libro que me pareció bastante lograda:
El fiscal corrió hacia la delegación policial. Nadie se cruzó con él por las calles. Ni siquiera en las ventanas había gente asomada. Las casas parecían sepulcros colectivos, ciegas, sordas y mudas a lo que ocurría en los cerros. Llegó a la delegación y aporreó la puerta:Quizás la escena no resulte muy atractiva para quienes no vivieron la época del terrorismo en el Perú, sin embargo para quienes sí pasamos por dicha experiencia créanme que transmite mucho. En todo caso, y regresando al libro, Roncagliolo hace una interesante aproximación a la época de los rezagos del terrorismo y los miedos que aún generaba, así como a la manipulación de ésta situación por parte del poder de turno (el llamado fuji-montesinismo) para perpetuarse en el poder, mezclándolo todo con una trama policial y un anti héroe como Chacaltana. Abril Rojo no es una obra maestra, pero sí una buena lectura desde varios puntos de vista. Las (para mi que no soy un académico de la literatura) pequeñas fallas que he podido percibir, creo que no desmerecen para nada el logro final. Recomendado, desde luego.
-¡Aramayooooo! ¡Aramayooo! ¡Ábrame!
Ninguna respuesta llegó del interior. Sólo los aullidos desde los cerros. Los vivas. El Partido Comunista del Perú. El Presidente Gonzalo. Parecían sonar cada vez más fuerte y rodearlo, asfixiarlo. Se preguntó si los terroristas bajarían y dónde se ocultaría en ese caso. Volvió a golpear la puerta. Finalmente, le abrieron. Los cinco policías y el teniente estaban adentro. El teniente tenía la camisa abierta y una botella de pisco en la mano. El fiscal entró gritando:
-¡Es un ataque, Aramayo! ¡Están por todos lados!
-Ya lo vimos, señor fiscal - respondió el policía con tranquilidad.
Su pasividad hirió a Chacaltana más que los gritos de las montañas. Lo cogió de las solapas de la camisa abierta, como había cogido a teodoro antes.
-¡Y qué va a hacer! ¡Responda! ¡Qué va a hacer!
El teniente no perdió la calma:
-Chacaltana, suélteme o le rompo la cara a culatazos.
Chacaltana tomó conciencia de su histeria. Soltó al policía, que le ofreció un trago de su pisco. Los demás policías estaban en el suelo, petrificados, con las armas en la mano. Eran tan jóvenes. Afuera, los gritos continuaban. La hoz y el martillo se reflejaban en la ventana de la comisaría. Chacaltana bebió, devolvió la botella y se desplomó en una silla. Pidió perdón. Aramayo se acercó a la ventana lenta y pausadamente.
-El show está acabando -dijo-, van a empezar a callarse.
Chacaltana hundió la cara entre las manos.
-¿Siempre es así?
El teniente sorbió otro trago de la botella.
-No. Hoy están tranquilos.
Sobre Abril Rojo: una reseña acá, otra (de Enrique Sánchez Hernani) acá, otra por acá y una más acá. En blogs The Secret Garden da su opinión en este post, A palabras cojas... da la suya en este otro, El paper groc acá y Libros web acá, donde además proporciona un enlace para bajar el libro, que la verdad, no he comprobado si funciona. Como la mayoría de las reseñas anteriores son favorables, acá pongo una que no lo es tanto, la de Gustavo Faverón. En cuanto a entrevistas a Roncagliolo sobre Abril Rojo, una muy ilustrativa acá y otra por acá.
1 comentario:
Tengo el libro pero aun no lo he leido. A ver a ver (mejor dicho a leer a leer ^^)
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