Esta noticia la leo recogida en el blog de Clandestina: En una secta de la India, cuando un hombre se harta de una de sus mujeres pues la pone a la venta y listo. Claro que no todo es perfecto, si un comprador no es de agrado de la susodicha, pues veta la compra y no pasó nada. Ya me imagino cuantos de mis amigos o conocidos pondrían a la venta su mercadería. (Y lo que les pasaría luego). Disculpen el tono, no quiero ofender a las damas que puedan llegar acá, pero me causa mucha gracia.
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