lunes, febrero 14, 2005

¿Ética blogger?

Un interesante debate en la blogósfera hispana sobre si se debe o no tener una especie de 10 mandamientos para los bloggers. La cosa se dió en el Atalaya de JJ Merelo y bastantes bloggers han opinado y tomado partido a favor o en contra. La cronología de los posts hechos al respecto se dá en el enlace indicado. Parece que el asunto vá de que los bloggers periodistas pareciera que andan a favor de una autoregulación o de mostrarse como los profesionales del asunto, a lo que tienen todo el derecho claro. Pero los bloggers no somos periodistas, ni intentamos serlo.

Los profesionales de la información creen que deben regularse usando un código ético, pero que el resto de los blogueros, supongo, pueden hacer lo que les dé la gana. No sé si la inversa será cierta: ¿si no tienes un código ético, no eres profesional de la información? A su vez, no sé lo que implicará el hecho de que tengas una bitácora y no seas profesional de la información. Pensaba que la ventaja de tener una bitácora era precisamente el ser un diletante de la información con todas las de la ley. Pero bueno, si alguien quiere restringirse a sí mismo, pues genial, allá cada cual. Sigo pensando que la mejor ética (en este caso, claro), es la implícita.

Recomiendo leer todos los enlaces y comentarios que se dan en cada post, porque el asunto está bastante ramificado y hay información pertinente y opiniones interesantes y de valor por todos lados. Espero que a los 2 o 3 periodistas peruanos que bloguean o puedan hacerlo en el futuro no se les ocurra lo mismo, por que si hablamos de ética entre los periodistas peruanos ... me quedo con Magaly. Si no que lo diga el Doc. O cualquier Alcalde o autoridad que compra periodistas con un sencillo.

2 comentarios:

JJ Merelo dijo...

Magaly?

Juan Arellano dijo...

Ooops, Es un programa televisivo de chismes de la farándula local. Que es atroz, pero por lo menos se presenta como lo que es, y no como otra cosa. Que los programas de corte político andan por la misma onda pero se siguen promocionando como políticos, cuando ya la diferencia es poca.