Este libro lo terminé de leer hace ya casi un mes creo y no había podido hacer su reseña. Es que la verdad, me dejó sin palabras. Decir que me gustó es poco, me pareció una obra de arte. Y me resulta complicado explicar por qué. Debe ser que no soy crítico ni nada, si no que simplemente soy un lector común y corriente intentando compartir no tanto una opinión, sino información y detalles sobre los libros que voy leyendo.

Es una obra breve, 45 páginas de texto con tipografía grande y tamaño de página pequeño, o menor al que está en boga ahora, casi del tamaño de un pocket, para que se den una idea. La edición original: La maladie de la mort, es del 82, y la primera edición en castellano: El mal de la muerte, del 84 en Tusquets Editores, Colección: La Sonrisa Vertical # 40. Mi edición es la segunda, del 85. Anteriormente sólo había leido una novela de Marguerite Duras: El Amante, y si bien me gustó, no me impresionó tanto como esta.

El estilo es breve, conciso, minimalista, pero no extento de cierta poesía, y pareciera surgir directamente de lo más profundo de la Nouveau Roman de los 60's o 70's, pero abandonando toda pretensión y circunscribiéndose a lo necesario. Y sin embargo, no es una lectura fácil. El narrador, cosa curiosa, pareciera por momentos abandonar a su personaje y dirigirse al lector, que a la vez, pareciera ser el personaje. Por momentos también, su voz no es indicativa de lo que sucede, sino que lo deja en posibilidad, "vendría, llegaría, sería", abundan los verbos en esta conjugación tan extraña en una narración. Lean si no los primeros párrafos de la obra:

Debiera no conocerla, haberla encontrado en todas partes a la vez, en un hotel, en una calle, en un bar, en un libro, en una película, en usted mismo, en usted, en ti, al capricho de tu sexo enhiesto en la noche que grita por un cobijo, por un lugar en el que desprenderse de los llantos que lo colman.

Pudiera haberla pagado.
Hubiera dicho: Tendría que venir cada noche durante muchos días.
Ella le hubiera mirado largamente, y después le hubiera dicho que en ese caso era caro.
Y después ella pregunta: ¿Qué es lo que quiere?
Usted dice que quiere probar, intentarlo, intentar conocer eso, acostumbrarse a eso, a ese cuerpo, a esos pechos, a ese perfume, a la belleza, a ese peligro de alumbramiento de niños que representa ese cuerpo, a esa forma imberbe sin accidentes musculares ni de fuerza, a ese rostro, a esa piel desnuda, a esa coincidencia entre esa piel y la vida que encubre.
Usted dice que quiere probar, probar muchos días quizás.
Quizás muchas semanas.
Quizás hasta toda la vida.
Ella pregunta: ¿Probar el qué?
Usted dice: Amar.


Y es de eso que trata la obra, de intentar conocer qué es amar, en que consiste, si es posible aprenderlo, o experimentarlo, si es que estamos dotados para eso, o es tan sólo una ilusión. Ésta es la búsqueda del protagonista, y ella, la contratada para servir de objeto y campo de la búsqueda, sabe que es inútil, aunque no sepa como decirlo. El narrador en cambio sí lo sabe, y sabe además que el protagonista no es sólo aquel de quien está contando algo, sino que eres tu y soy yo, porque ésta inquietud es común a todos.

En la red encontré El mal inconfesable: Marguerite Duras - Maurice Blanchot, un estudio de Juan Gregorio Avilés sobre el libro, que se da a partir del análisis que se hace del libro de la Duras en la obra: Maurice Blanchot - La comunidad inconfesable. El estudio es bastante académico, así que para algunos puede resultar casi impenetrable, pero resulta bastante esclarecedor de ciertos aspectos del libro que puedan resultarle enigmáticos u oscuros al lector.

Y bueno, yo seguiré leyendo libros de Madame Duras, tengo varios así que no tengo que preocuparme siquiera por conseguirlos, hasta leeré de nuevo El Amante, para ver si le encuentro otra perspectiva. Si el resto de obras tienen siquiera la mitad de la calidad de éste, pues me daré por satisfecho.

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5 comentarios:

OjO al Texto dijo...

Muy buena reseña, Juan y qué preciosa cita. Un libro que empiece así hay que bebérselo. A ver si lo consigo. Conseguiste tu objetivo: enganchar un lector más. je je je

Juan Arellano dijo...

Pues en buena hora, te aseguro no te arrepentirás.

Anónimo dijo...

ALGO TIENE ESA MUJERCITA QUE SE METE MUY DENTRO DE NOSOTROS PARA NUNCA MAS DEJARNOS; CONVIRTIENDOSE EN UNA INCONTROLABLE MANIA Y LUEGO EN UNA TERAPIA SANADORA.
CADA VEZ QUE LEO A LA DURAS ALGO SE ME QUIEBRA,DEBE SER QUE CON SU MARAVILLOSA Y ENIGMATICA PLUMA LLEGA A LOS LUGARES MAS OSCUROS Y RECONDITOS DE ESTE CUERPO QUE ADORA LA IMPOSTURA.
GRACIAS JUAN POR COMPARTIR CON EL MUNDO ESTE PEDACITO DE MARAVILLA.

Anónimo dijo...

"El mal de la muerte" se considera en francia una joya literaria, y a pesar de todo es muy poco conocida. En España existe una novela, muy similar pero de mayor extensión, a la que solo se puede acceder por internet, "La seda negra", mi editorial, a pesar de valorarla sobresalientemente la descartó por considerar que era impublicable. el autor Ignacio Heres se inspiró en otros relatos de Duras para escribirla, como él mismo indica en el prólogo. Os la recomiendo, para leerla con mucha calma y tranquilidad. Otra pequeña gran historia de amor. http://perso.wanadoo.es/ignacioheres/novelas/la_seda_negra.htm

andres dijo...

Por favor lo suplico a gritos, si alguien pudiera compartir conmigo esta maravillosa obra se lo agradeceria, ps lo he buscado como un loco en las librerias de México y ya no lo encuentro. Les dejo mi correo por si es que acaso alguien me pueda ayudar; se los agradeceria mucho mi cuentas es: gasy_19@hotmail.com